dimarts, 8 d’abril del 2014

Vía de escape

Passatges bcn 
Proyecto: Souterrain Tram Tunnel
Autor: OMA
Localización: La Haya, Países Bajos
Año: 2004

El túnel equipado en la Haya o túnel del tranvía subterráneo es un elemento de infraestructura y edificio a la vez. Situado en el centro de la ciudad de La Haya, el túnel subterráneo de varios pisos ofrece 500 plazas de aparcamiento en una sola planta, conecta las dos estaciones de tranvía en el nivel inferior y además introduce un museo del cartel. El punto más bajo de la infraestructura se encuentra a 12 m por debajo del nivel del suelo. 

La Haya es una ciudad holandesa, situada al oeste del país y se encuentra atrapada entre el mar, las autovías que la unen con Amsterdam y Rotterdam y por sus pueblos vecinos. 
Dicha ciudad está rodeada de límites que impiden expandirse en el territorio. La única manera de crecer es aumentando su densidad de población. De este modo el arquitecto recicla un espacio inutilizable como es la parte de “debajo” de la ciudad. 

El arquitecto y urbanista Rem Koolhaas plantea en este lugar un proyecto, un cinturón de aparcamiento en los alrededores de la ciudad para dejar el centro libre de tráfico. Este anillo se comunica con otros aparcamientos en su mayoría subterráneos, con un túnel que permite a los camiones llegar al núcleo del distrito comercial. Otros de los proyectos que incorpora es la creación de un edificio con interconexión mediante la excavación de un túnel de varios pisos (1.250 m de longitud de metro, con 2 estaciones y un aparcamiento para 375 coches). Esta construcción de túneles es la adición necesaria que hace que todos los demás edificios funcionen. Actúa como una columna vertebral que conecta los “órganos” separados, creando un cuerpo de conexiones subterráneos que sirven a la ciudad desde abajo. 
Los acabados arquitectónicos son casi inexistentes debido a la sorprendente belleza de los muros de hormigón como si fueran rocas. Sólo la luz, luz diurna y nocturna, da textura y lecturas claras de los espacios fluidos subterráneos. 

Basándose en el gran problema que tienen las ciudades en crecimiento, se busca una buena solución al inconveniente del crecimiento urbano. El aparcamiento se convierte en un espacio fluido, debido a su enorme longitud, y a la calidad de la obra. El edificio, que refleja el trazado principal de la calle situada en superficie, modifica su longitud, la altura y la anchura para proporcionar vistas hacia el exterior y contrarrestar la monotonía y los problemas de orientación y sensación de aislamiento que se puede sentir bajo tierra. Además de tomar como gran eje vertebrador la infraestructura de transporte, reorganizando los diferentes espacios. 

La ciudad se está convirtiendo en una especie de Fuerte a la inversa, los edificios existentes inactivos son reanimados por un submundo de interconexiones que van desde aparcamientos, carriles, paradas de tranvía e incluso carreteras, dotando al subsuelo de todo lo necesario, lo que ya no es aceptable a cota de calle. 
Por lo general, los aparcamientos son víctimas de las limitaciones técnicas y económicas, el peso de todas las dificultades estructurales y mecánicas que se les imponen. En este caso, la linealidad del sitio resultó ser una vía de escape.

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